
La dieta mediterránea hace bien.
La pasta es el centro de la Dieta Mediterránea, que desde 2010 es reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. ¿Cuáles son sus riquezas? En primer lugar, la Dieta Mediterránea no significa solo comida, sino también y sobre todo felicidad. En su base están la convivencia, el diálogo, la hospitalidad, la compartición y la creatividad.
Para nosotros, que queremos hacer felices a las personas llevando al mundo los valores de la Dieta Mediterránea, su definición es un mantra que nos acompaña cada día y nos recuerda que la receta de la felicidad está hecha de ingredientes simples. UNESCO la define así:
La dieta mediterránea comprende una serie de habilidades, conocimientos, rituales, símbolos y tradiciones relacionadas con la cultivo, la cosecha, la pesca, la cría, la conservación, la cocina y sobre todo la compartición y el consumo de comida. Comer juntos es la base de la identidad cultural y de la continuidad de las comunidades en la cuenca mediterránea. La dieta mediterránea enfatiza los valores de la hospitalidad, de la vecindad, del diálogo intercultural y de la creatividad y representa una forma de vivir guiada por el respeto a la diversidad. Ella desempeña un papel vital en espacios culturales, festivales y celebraciones reuniendo a personas de todas las edades y clases sociales; incluye la artesanía y la producción de recipientes para el transporte, la conservación y el consumo de comida, incluidos platos de cerámica y vidrio. Las mujeres juegan un papel fundamental en la transmisión de los conocimientos de la dieta mediterránea.
Los ingredientes principales son: una tavola llena de amigos, un excelente vino, buena comida para compartir, largas conversaciones y muchas risas. Comer bien, por tanto, significa felicidad. Y esto ya es una excelente razón para incluir la pasta en tu menú diario.

A favor de una dieta
Los carbohidratos son nutrientes sanos y con un bajo índice glucémico. Esto significa que no sobrecargan el hígado y los riñones, resultando fácilmente digeribles. Nuestro metabolismo procesa los carbohidratos mucho más rápido que las proteínas y las grasas, disipando las calorías en forma de calor.
Dos pequeños consejos: cuanto más cocida esté la pasta, más alto será el índice glucémico. Por lo tanto, es mejor evitar la pasta demasiado cocida para asimilar menos azúcares y enfrentar la digestión con mayor facilidad. Además se recomienda preferir la pasta integral. Esto se debe a que es rica en fibra que mantiene a raya el colesterol malo, favorece la regularidad del metabolismo y proporciona una mayor sensación de saciedad.
Y no solo eso, la pasta también es muy útil contra el insomnio.
Sí, la pasta también ayuda a dormir mejor porque relaja y favorece una mayor producción de melatonina, una hormona que tiene un efecto sedante en nuestro cerebro. La espaguetada de medianoche, por lo tanto, está aprobada.
Buenos carbohidratos, buenas vibras
Después de un plato de pasta te sientes bien, y esto se debe a que la pasta contiene triptófano, un aminoácido que nuestro cuerpo transforma en serotonina, neurotransmisor con acción antidepresiva. Y si estamos más relajados, reducimos la producción de hormonas del estrés (como el cortisol), que a menudo conducen a un aumento de peso.

Come pasta, corre rápido
Las fibras y los carbohidratos complejos son una fuente constante de energía para el cuerpo y la mente, porque permiten una liberación progresiva de la glucosa en la sangre, sin agotar el metabolismo. Los almidones que contiene se absorben como azúcares y se envían a las células de forma gradual. Por eso comer pasta significa combatir los ataques de hambre desde media tarde.
Para confirmar todas estas buenas noticias, llega un estudio de la Universidad de Toronto publicado en la revista BMJ Open.
John Sievenpiper, que dirigió el estudio, afirma: «El estudio demuestra que la pasta no contribuye al aumento de peso ni al incremento de la grasa corporal. En realidad, el análisis ha mostrado una ligera pérdida de peso. Por lo tanto, contrariamente a lo que se piensa, la pasta podría ser parte de una dieta sana como la de bajo índice glucémico.»
¿Cómo se llevó a cabo la investigación? Se analizaron los comportamientos de 2.448 participantes. Durante el experimento, los participantes debían sustituir la pasta por otros carbohidratos dentro de una dieta sana de bajo índice glucémico (tal como la dieta mediterránea).
Cada uno de ellos consumió, de media, 3,3 porciones de pasta a la semana.
¿El resultado? Después de 12 semanas, los participantes habían perdido aproximadamente medio kilo, con una reducción correspondiente, aunque leve, de la grasa corporal.
Así, para la felicidad de todos, incluso los expertos desmienten el mito de que la pasta engorda, demostrando, al contrario.
Por todas estas razones hemos elegido poner la pasta en el centro de nuestra mesa, junto a un buen vaso de vino de la casa y a muchos amigos con quienes compartirla.
Siempre les decimos que la receta de la felicidad está hecha de cosas simples.